Los Estudiantes

Esta tendencia difícil de extirpar, llamada la comparación temporal,  es causa de juicios erróneos. Sentencias fuertes sin el mínimo de rigor realista. Hablo de nosotros, de los que a veces vivimos en un ayer idílico muy difícil de sostener, pero que a nuestra memoria le parece fabuloso.  Voy a cumplir,  ya casi,  32 años impartiendo clases básicas, nada complicado, lo sé; He visto pasar por mis aulas, a mucha gente, a niños, jóvenes y adultos.  Yo digo que he tenido suerte, porque mientras escucho quejas actuales sobre el comportamiento de los chicos, yo siento que hay mucha bondad aún.  Siempre habrá alumnos complicados que nos reten; con los que no hagamos clic.  Eso es inevitable, pero nosotros somos los maestros. A nosotros nos toca pensar un poco en que cada alumno representa un mundo diverso, lleno de altibajos, de circunstancias que no conocemos.  Estandarizar es cómodo, pero también es aburrido. No representa retos...y la vida es eso, retos constantes que tenemos que superar.  El pasado tenía sus bemoles, y el presente los tiene también, aún así yo sigo manteniendo la fe y lo hago porque tengo alumnos que la alimentan.   Yo quiero a mis estudiantes y confío en ellos.   Algunos son más llevaderos que otros; otros están confundidos y esperemos encuentren su sitio; otros sólo necesitan que los escuchen; hay quienes llaman tu atención oponiéndose a todo lo que dices, en ocasiones burlándose; y tienen derecho a oponerse, que no a ser groseros;  Los estudiantes son seres que buscan un camino, como nosotros lo hicimos hace muchos años.  Nos toca allanarlo; Hacer hincapié en que el éxito no siempre es dinero ni fama.  Que la honestidad en el hacer y la bondad en el convivir son aún más importantes. Yo quiero a mis alumnos y confío en ellos. Ninguno es tonto y todos tienen el alma bien puesta y el corazón en su sitio. Eso me da mucha esperanza. Gracias por eso.

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