no estoy segura

No estoy segura de lo que quiero escribir hoy.  ¡Suceden tantos acontecimientos!, la mayoría tristes en estos tiempos.   La muerte nos confronta con el tiempo, el tiempo que sigue su marcha sin importarle pandemias, economías neoliberales, terremotos, etc.    Toda confrontación nos lleva a un dolor inevitable.  Pone en tela de juicio una idea interna que a veces tomó tiempo cimentar; pone en duda aquello que pensamos absoluto.   El dolor da lugar a otro germen si somos astutos, pero sobre todo si somos humildes.  Lo difícil es confrontarse con uno mismo y construirse día a día.   Saber que esa confrontación tiene límites, y que cada vez que construimos algo,  el tiempo devora sin piedad la posibilidad de volver eterno es acto de renovación ideológica.    Jugamos a las pausas, para darnos un respiro, o nos anquilosamos congelando el tiempo como si esto pudiera volvernos infinitos. La negación es una forma adelantada de muerte, pero no lo sabemos.  Vivimos una muerte latente cuando alejamos esa confrontación.  Estáticos como cariátides a las que el tiempo otorga una pátina oscura y triste.   Hay miedo también, siempre lo hay, pero se supera, se disfraza y se oculta. El tiempo conduce a la muerte pero hay camuflaje maravilloso de acciones que se vuelven una escalera hacia el vacío.    Eso también asusta.  Tanto peldaño, tanto esfuerzo pero es preciso ascender.  
No sé qué escribir hoy, parece que tengo el tiempo a mi favor  pero es una ilusión.  No sé si encontraré algo germinal  ni si valdrá la pena, pero no hay opción.   Queda caminar, queda confrontar...me.




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